“Quiero entregar mi esencia en la educación y no solo estar en el aula, sino compartir con los alumnos y que se sientan acogidos por su profesor”

Oriundo de Panguipulli, Benjamín Dávila Monsalve postuló con 713 puntos ponderados a Pedagogía en Educación General Básica, convirtiéndose en el mejor puntaje de ingreso de 2022, una noticia que lo tomó por sorpresa, pues en algún minuto dudó en quedar seleccionado.

“El año pasado estaba un poco bajoneado por distintos motivos, pensé que podría haber mejores puntajes, pero no perdía las esperanzas de poder entrar”, cuenta. Por ello, cuando llegó a matricularse y supo de los buenos resultados, no dudó en compartir la noticia con su familia.

“Lo primero que hice fue llamar a mi mamá y a mi papá y contarles. Me llenaron de felicitaciones y mis amigos igual estaban muy contentos. Me encantó el apoyo que hubo en las redes sociales del Campus cuando publicaron la información y me sentí abrazado de toda esa energía, muy acogido y motivado. Son cosas que alimentan el espíritu y la vocación de conseguir este sueño”, comenta Benjamín.

Respecto a sus primeros días como universitario, destaca que “ha sido una muy grata experiencia, tanto el entorno como conocer a mis compañeros y futuros colegas, conversar sobre dónde viene cada uno y compartir los intereses en torno a qué nos motivó a estudiar pedagogía. Además, el ambiente acá es muy grato, tanto por los profesores como por la infraestructura del Campus y su entorno de naturaleza”, señala el ex alumno del Liceo Padre Sigisfredo de Panguipulli.
Contento por iniciar su formación universitaria de forma presencial, el joven de 19 años recalca su emoción por poder realizar prácticas desde el primer año de carrera, pues “me parece que es un momento estupendo de sentirse en el aula y poder poner en práctica lo que uno está aprendiendo frente a los niños. Es muy motivante y alimenta el alma y el deseo de ser profesor”, comenta el novato de PEGB, quien se declara fanático de la música, de caminar, de jugar básquetbol y tocar guitarra.

Como reflexión final, plantea que “es importante tener metas, tener sueños y ser perseverante. Nunca hay que rendirse. Los sueños más que en metas se convierten en objetivos casi tangibles. Hoy mi sueño se hizo realidad”.