La intervención forma parte de la iniciativa Reencuentro UC y estuvo durante todo el día en el hall del edificio del campus. Ahí los estudiantes escribieron mensajes de afecto, amor y optimismo en una pared con espejos. Por la tarde participaron de un taller grupal donde definieron palabras que reflejaban la preocupación por la salud mental y bienestar en la universidad.

La gélida mañana del martes Marcelo Rojas entró al Campus Villarrica para asistir a sus clases de segundo año en la carrera de Pedagogía en Educación Básica. Pero encontró algo distinto en el hall del edificio, algo que no fue indiferente para él. Una frase, pausa de salud mental. Una habitación que proyectaba imágenes de películas, música de fondo y espejos que se interpusieron en su camino a la sala de clases. En la esquina de la instalación vio una caja de lápices que ya habían sido utilizados para escribir en la pared blanca. Los tomó, escribió, dibujó y pintó.

“La experiencia propia que he tenido me ha llevado a valorar mucho la paz mental. Creo que esta instancia da ese momento”, afirma Marcelo Rojas sobre El cubo de la salud mental, intervención que comenzó hace dos semanas en las facultades de Santiago y que pertenece a la iniciativa Reencuentro UC.

“Esta instalación se llama Dónde quedó mi salud mental o El cubo de la salud mental, porque como ves tiene una forma de cubo y es una experiencia que llama a detenerse en este acelerado retorno y a pensar un poco donde quedó tu salud mental, qué nos ha pasado e invita también a dejar un mensaje en estas paredes que están siendo una especie de recopilación de lo que piensas y sientes”, afirma Dariela Sharim, psicóloga y encargada de la comisión de Salud mental y bienestar en la universidad.

Adentro de la intervención, mientras las luces fluorescentes de las proyecciones le iluminan la cara, Dariela Sharim habla pausado y claro. Para ella lo que vive la comunidad con el paulatino retorno a las clases producto de la pandemia es algo que no se puede meter debajo de la mesa. “Hay una preocupación transversal en la universidad por los otros, por toda la comunidad de qué pasó con lo que nos pasó, donde no solo hubo refuerzos en la cantidad de psicólogos para atender estudiantes que estaban pidiendo ayuda en la comisión de Salud mental y bienestar”, afirma.

El cubo de la salud mental no es la primera intervención que se hizo relacionada al tema. En 2021 la universidad invitó a la comunidad para que participara en la actividad Pausa de salud mental, iniciativa que formó grupos por facultades –en Villarrica fue por el campus– presencial y online donde tuvieron que responder dos preguntas: ¿Qué expresión artística refleja lo que tú has vivido en este tiempo de pandemia y ¿A qué asocias comunidad universitaria y salud mental? Aquella actividad generó nubes de palabras y cada unidad transformó los conceptos en un producto. En el caso del Campus Villarrica fue un árbol. Dariela Sharim confiesa que aquella actividad no convocó tanto a la gente. Pero hubo reminiscencias de esa intervención que se traspasaron a El Cubo de la salud mental: escenas de cintas como “La vida es bella”, “Apocalypse Now”, “Náufrago” y la novela gráfica “Maus” de Art Spiegelman fueron exhibidas en las paredes. “Expresa la diversidad de experiencias que no fue igual para todo el mundo. Para muchos fue traumático, para otros fue un refugio maravilloso. Gente que no vivía tanta complejidad, gente que perdió familiares, fue muy complejo “, agrega Sharim.

Junto a la intervención la comunidad también participó en un taller por la tarde. Profesores, funcionarios y estudiantes se reunieron en grupos y tuvieron que escoger tres palabras que reflejaran preocupación por la salud mental y bienestar de la universidad. La otra fue definir una línea para dar continuidad a las actividades en salud mental. Andrés Ried es profesor e investigador en la facultad y valora que se realicen intervenciones sobre la salud mental: “Mis cursos son de último año en general, son alumnos que están en la práctica profesional y el nivel de estrés es altísimo. Realmente están enfrentando situaciones poco habituales, con agresiones incluso, entonces es muy duro lo que está pasando y claro, necesitamos herramientas para poder acogerlos, contenerlos de mejor manera”, afirma y agrega: “Aquí tenemos un montaje súper interesante bonito, reflexivo que los estudiantes se encuentran, dicen cosas. Pero necesitamos que se traduzca en otras acciones más permanentes, es una buena señal y hay que darle más profundidad”.

Gonzalo Valdivieso, director del Campus Villarrica, afirma: “Los temas de salud son bien transversales en la comunidad y hacerlos es muy significativo. Es necesario seguir con una periodicidad para desarrollar este tipo de espacios”. Sobre la continuidad Dariela Sharim confiesa que, desde la rectoría, está contemplado que las intervenciones sobre el tema de la salud mental sigan por tres años más. “El recurso artístico va a seguir acompañándonos porque es una buena manera de expresarnos y calmarnos”, sostiene.